Bienvenidos al encantador barrio de Santa Eulalia, un rincón histórico que ha sido testigo del desarrollo y la evolución de lo que hoy conocemos como L'Hospitalet de Llobregat. Este barrio, separado de Barcelona por el cauce de la Riera Blanca, tiene sus raíces que se remontan a la era de los íberos.

En el corazón de Santa Eulalia se encuentra la imponente iglesia románica del siglo XII, 'Santa Eulalia de Provenzana', restaurada con esplendor en el siglo XVIII. Este sitio sagrado se erige en el extremo oeste del barrio y sirve como un testamento histórico a los orígenes de la ciudad.

La estructura actual del barrio no se entendería sin una de las más importantes, trascendentes y olvidadas infraestructuras de toda Catalunya: el Canal de la Infanta. Este canal de riego llegó a Santa Eulalia entre 1819 y 1820 enganchado al talud que lo separa de La Torrassa -posteriormente ocupado por la vía del tren y conocida hoy como “Cornisa Verde”, posteriormente ocupado por la vía del tren.

El crecimiento del barrio de Santa Eulàlia fue el resultado de la rápida implantación de industrias desde el final del siglo XIX. Era una zona industrial, sobre todo textil, con empresas como las de Can Trinxet, la Tèxtil Pareto, Godó i Trias etc., y, desde finales de los años 1960, la fábrica de la óptica Cottet.

Evidentemente, si vienen las fábricas, los obreros vienen detrás y, a parte de crearse viviendas para acogerlos al borde de la actual Calle de Santa Eulalia, se construyeron viviendas aprovechando la parcelación de los terrenos agrícolas y sus caminos de acceso.

Pese a esta incipiente industrialización, Santa Eulàlia de Provençana era un barrio eminentemente agrícola pero con unos primeros centros industriales dispersos.

Tras la Guerra Civil, el crecimiento descabalado del negocio inmobiliario durante el franquismo hizo que, los pocos restos de campos que aún quedaban en el barrio y que aún se regaban con agua del Canal, fueran convertidos en tocho y cemento a la misma velocidad endiablada con que arribaba la gente de fuera a nuestra ciudad.

En RESUMEN, aunque no lo parezca, e igual que pasa en el resto de L'Hospitalet, el barrio de Santa Eulalia que podemos ver, disfrutar hoy en día, ha sido dibujado por el esfuerzo y el sudor de unos agricultores que, a golpe de azadón, abrieron las acequias con las cuales llevar la vivificante agua del Canal de la Infanta a regar sus campos.